El ensayo filosófico La paz perpetua, publicado por Kant en 1795, poco después de la paz de Basilea entre Francia y Prusia, esboza un orden de paz permanente entre los Estados que se presenta, asimismo, como la meta final de la historia humana.
Índice
PRESENTACIÓN, por Antonio Truyol y Serra.
ESTUDIO DE CONTEXTUALIZACIÓN, por Joaquín Abellán.
1. La relación entre la paz perpetua y la constitución "republicana".
2. El concepto de política en Kant: La política como aplicación de la doctrina del derecho.
BIBLIOGRAFÍA.
NOTA SOBRE LA PRESENTE EDICIÓN.
LA PAZ PERPETUA.
LA PAZ PERPETUA.
SECCIÓN PRIMERA: ARTÍCULOS PRELIMINARES PARA LA PAZ PERPETUA ENTRE LOS ESTADOS.
Artículo 1.º No debe considerarse válido ningún tratado de paz que se haya firmado con alguna reserva secreta sobre alguna causa para una guerra futura.
Artículo 2.º Ningún Estado independiente podrá ser adquirido por otro mediante herencia, permuta, compra o donación, sin importar que sea grande o pequeño.
Artículo 3.º Los ejércitos permanentes (miles perpetuus) deben desaparecer totalmente con el tiempo.
Artículo 4.º No debe emitirse deuda pública en relación con los asuntos de política exterior.
Artículo 5.º Ningún Estado debe inmiscuirse en la constitución y gobierno de otro de forma violenta.
Artículo 6.º Ningún Estado en guerra con otro debe permitirse actos de hostilidad que hagan imposible la confianza mutua en una paz futura, como la introducción de asesinos (percusores) o envenenadores (venefici) en el Estado con el que está en guerra, la violación de la capitulación, la inducción a la traición (perduellio), etc.
SECCIÓN SEGUNDA: ARTÍCULOS DEFINITIVOS PARA LA PAZ PERPETUA ENTRE LOS ESTADOS.
Artículo 1.º La constitución política de cada Estado debe ser republicana.
Artículo 2.º El derecho internacional debe basarse en una federación de Estados libres.
Artículo 3.º El derecho cosmopolita debe limitarse a las condiciones de una hospitalidad general.
SUPLEMENTO PRIMERO: DE LA GARANTÍA DE LA PAZ PERPETUA.
SUPLEMENTO SEGUNDO: ARTÍCULO SECRETO PARA LA PAZ PERPETUA.
APÉNDICE I: SOBRE EL DESACUERDO ENTRE LA MORAL Y LA POLÍTICA RESPECTO A LA PAZ PERPETUA.
APÉNDICE II: DEL ACUERDO ENTRE LA MORAL Y LA POLÍTICA SEGÚN EL CONCEPTO TRASCENDENTAL DEL DERECHO PÚBLICO.
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Sinopsis
El ensayo filosófico La paz perpetua, publicado por Kant en 1795, poco después de la paz de Basilea entre Francia y Prusia, esboza un orden de paz permanente entre los Estados que se presenta, asimismo, como la meta final de la historia humana. Desde esta meta final de la paz perpetua se explica también la necesidad de una constitución republicana en cada Estado, necesaria, a su vez, para el desarrollo en plenitud de las disposiciones naturales antagónicas del hombre (su insociable sociabilidad). La instauración de la paz perpetua cuenta, por tanto, con la garantía última que ofrece la propia naturaleza humana al utilizar el antagonismo como una argucia hacia la concordia. Si bien esta garantía no es suficiente para vaticinar un futuro de paz, sí lo es para obligar a los hombres a trabajar en la consecución de ese anhelado fin.
La paz permanente entre los Estados se revela, por tanto, como el corolario indispensable de la conjunción de los principios de la política interna y de la política exterior.
Este pequeño ensayo remite necesariamente a otras obras de Kant, anteriores y posteriores a 1795, en las que desarrolla más detalladamente su filosofía de la Historia, así como su concepción del Estado y del Derecho.
Colección
Clásicos del Pensamiento
Código
1229730
I.S.B.N.
978-84-309-5582-4
Publicación
29/01/2013
Número de edición
8
Clasificación IBIC
HP
Formato
Papel
Páginas
112
Colección
Clásicos del Pensamiento
Código
1275002
I.S.B.N.
978-84-309-5705-7
Publicación
29/01/2013
Número de edición
8
Clasificación IBIC
HP
Formato
ePub
Autor
Immanuel Kant
Immanuel Kant (1724-1804): su obra supone un punto de inflexión en la historia del pensamiento, y la modernidad no ha dejado de autoproclamarse reiteradamente como su heredera. No es extraño, pues, que se decida prestar atención a sus textos en una época como la nuestra, más proclive a hacer balances que a incrementar por sí misma su patrimonio. Ésta puede ser la explicación de que últimamente vengan proliferando tanto las traducciones del filósofo de Königsberg.